Garcilaso de la Vega, espada y poesia

Fotos. Pedro Ignacio Fernández

Caminando por el viejo Toledo nos encontramos con la figura de Garcilaso de la Vega, poeta y militar español del siglo de Oro, y considerado como uno de los escritores de habla hispana más grande de la Historia. 

Toledano, nacido a fines del siglo XV, de familia noble. Fue educado en la corte de Carlos I, miembro de la Orden de Santiago, participó en diferentes campañas militares, entre ellas la de la guerra de las Comunidades, la Campaña de Africa de 1535 o Francia de 1536. Y fue en esta campaña donde encontró la muerte tras el asalto a una fortaleza en Le Muy en la ciudad francesa de Niza el 13 ó 14 de octubre de 1536.

En 1525 se casó con Elena de Zúñiga con la que tuvo cinco hijos segun su testamento -aunque a lo largo de su vida tuvo amantes e hijos fuera del matrimonio-  y es en esta época cuando empieza a escribir sus primeros poemas. En 1531 es mandado detener por el Emperador a causa de haber sido testigo en la boda de un sobrino suyo; la intervención de El Gran Capitán en su favor hizo que abandonase la cárcel. 

La estancia en Napoles le permite estar en contacto con poetas como Bernardo Tasso, Mario Galeota o Luigi Tansillo y es aquí donde recoge la influencia italiana de su poesía. Catalogada como la máxima expresión del Renacimiento castellano, su innovación se resume en la revolución métrica al incluir una serie de estrofas (tercetos, sonetos, endecasílabos ...) y un repertorio de temas y recursos estilisticos influenciados por la poesía de Petrarca.




Su lenguaje es claro, alejado de palabras extrañas a la lengua y de retórica pomposa. Ejecuta los tres ejes rítmicos o acentos del endecasílabo (11 silabas, acentuadas obligatoria en la sexta y décima silaba, aunque también es correcto en la cuarta, octava y décima). Utiliza abundantemente el epíteto; huye de los temas religiosos siendo sustituidos por lo mitológico, en donde destaca Apolo y Dafne.

Su producción poética está compuesta de cuarenta sonetos, cinco canciones dos elegias, tres églogas y coplas castellanas, mas tres odas latinas y una oda en liras. En 1543 se publica por primera vez como apéndice de las obras de Juan Boscan.



La estatua mira a la Iglesia - situada al lado de su casa paterna - donde está enterrado, la iglesia de San Pedro Mártir, y le representa tal y como fue, en una mano la espada y en la otra, la pluma. 





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