Un amigo que se va

Poema. Ferran Garrido
Foto. Pedro Ignacio Fernández. (Escenas del Matadero, Julio 2015)



Te sigo viendo, pero te veo al contraluz,
siento tu presencia ausente, pero a mi lado,
para poder contemplar tu recuerdo
sin dejar de sentir que te vas con lentitud.
Siendo jóvenes cubrimos de blanco
nuestros cuerpos consagrados de amor.
Del rojo de sus sangres nuestros hombros
sellaron juramentos de nobleza
y miramos siempre al frente el firmamento.
Ahora que no estás, mantenemos firmes las miradas
aunque, por momentos,
flaquee de dolor el pensamiento,
al recordar el vacío que dejaste
cuando las cenizas acabaron con tu tiempo.
Sólo queda una oración, Señor, por aquel que fue tu siervo.
Una plegaria de recuerdo por quien todo te lo dio.
Cubre siempre su memoria con el manto que él llevó.
Llévale en la palma de tus manos y deja que viva tu luz

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