Fotos. Pedro Ignacio Fernández
Seguimos nuestro recorrido por Madrid acompañados de las placas que ilustran los nombres de nuestras calles.
Comenzamos hablando de la calle del Lazo.
Entre
la calle del Espejo y de la Unión, se encuentra la calle del Lazo. Se desconoce la razón de dar tal nombre a esta
calle, aunque hay varias leyendas a las que nos podríamos acoger.
Una
de ellas es que en esta calle vivía doña Maria Dalanda, amiga del rey Alfonso X
el Sabio, el cual le regaló un lazo de oro. Doña María, a la vez, se lo entregó
a un caballero con el cual mantenía relaciones secretas. Enterado de ello el Rey,
ya que el caballero en cuestión no ocultaba el lazo, sino que lo llevaba en sus
ropajes, éste fue asesinado por lacayos mandados por el Rey y la damisela visto
lo visto abandonó la villa.
Otra
leyenda es que dado que cercano a esta calle se situaba el arroyo de San Ginés
había un lagarto, grande y cruel, y para cazarlo pusieron un lazo los vecinos.
Hablamos
ahora del Pasadizo del Panecillo. En
pleno Madrid de los Austrias, y encajonado entre el Palacio Arzobispal y la
Basílica de San Miguel se encuentra dicho pasadizo.
Esta calleja o callejuela, después pasadizo, enlazaba la calle de San Justo con la plaza del Conde de Barajas.
Debe
a su nombre a que en el siglo XVIII era costumbre era entregar a través de una
de las ventanas del palacio Arzobispal un panecillo a los pobres con la
condición que antes hubiesen escuchado misa.
Actualmente, este pasadizo está cerrado dese el siglo
XIX con verjas de hierro debido a lo peligroso que era transitar de noche por
el mismo.
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