Fotos. Pedro Ignacio Fernández
En Toledo, nos encontramos con una joya de la arquitectura
mudéjar y andalusí.
La Mezquita del Cristo
de la Luz recibe su nombre del árabe Bab
al-Mardum por la cercanía a la puerta del mismo nombre. En el siglo XII fue
transformada en iglesia pasando a manos de la orden de los Hospitalarios de San
Juan.
Su actual nombre se debe a una leyenda que se atribuye al
caballo del Cid, el cual a la entrada de Alfonso VI en la reconquista de la
ciudad se arrodilló ante la mezquita y no quiso avanzar, en señal de veneración
a un Cristo que estaba oculto. Se desconoce su origen exacto. En la fachada aparece datada
en el año 999; pero trabajos arqueológicos recientes sugieren que la fecha puede
estar relacionada con obras de restauración.
La mezquita tiene planta cuadrada, distribuida mediante
cuatro columnas en tres naves paralelas cruzadas por otras tres, dando lugar a
nueve bóvedas, cada una de ellas diferentes. La iglesia se funda en el siglo
XII, de estilo mudéjar. El ábside está decorado con pinturas murales con el
Pantocrátor, rodeado por el Tetramorfos y en los muros del crucero figuras de
santos.
Como dato adicional hay que decir que en trabajos
arqueológicos se han descubierto una calle romana, un pequeño cementerio usado entre los siglos XII al XV y parte de
una cantera romana.
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