La poesía, como la verdad, es un acto revolucionario

Fotos. Pedro Ignacio Fernandez (Monumento a Lorca en Madrid)

Federico García Lorca no está enterrado en el parque granadino de Alfacar, a 10 kilómetros de Granada. Así lo demuestra la investigación realizada por el Área de Geofisica Aplicada del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada. Este informe cierra la posibilidad que algún colectivo pida realizar nuevas excavaciones en el mismo sitio.
No está su cuerpo, dejad a los muertos en paz, pero nos quedan sus versos. Dos poetas que hacen de la palabra escrita una obra de arte, la palabra que les sale del alma, nos hablan de él. Son María Jose Mercader y Ferran Garrido.


La poesía de María Jose Mercader
Gran poeta del veintisiete
de pensamiento disidente,
ultrajado y fusilado
por sentir y ser diferente.
Fuente Vaqueros se vistió de luto,
Fuente Vaqueros y el mundo entero.
Paupérrimos ignorantes
acabaron con tu vida,
desconocidos que desconocían
que  tu poesía jamás moriría,
cada día es más patente
y con  el paso de los años
generación tras generación
tu obra sigue viva,
latiendo, latente,
amada y admirada
consagrada y adorada
respetable y respetada.
Sr. García Lorca:
“envíeme su inspiración
que ahora más que nunca
este mundo hastío y cruel
repleto de carencias
vanidades y ausencias
necesita poesía de poetas”
 
La poesía de Ferran Garrido
No busquéis mas a Federico, no le busquéis.
Que lo encontramos hace mucho en la memoria
de los versos y los verbos de la historia,
cuando el viento se llevó sus algodones
y en el cielo florecieron sus poemas por jirones.
No busquéis mas a Federico, no le busquéis.
Que sus ojos me acompañan desde siempre
en el aliento de la mirada de su voz
escrita en lienzos blancos de dolor
con tintas de cariño y palabras de amor.
No busquéis mas a Federico, no le busquéis.
Sin su cuerpo en una caja su vida sigue viva,
latiendo en cada lágrima que se derrama,
en cada suspiro por su ausencia,
en cada ahogo del sinfín de mi alma yerma.
No busquéis mas a Federico, no le busquéis.
Dejadle en las esquinas del recuerdo
mientras mis ojos queman las lecturas de sus versos,
en la esperanza opaca de un sueño eterno.
Convertid su alma en un puñado de tierra y estoy muerto.
No busquéis mas a Federico, no le busquéis.
Dejadle vivo en mis recuerdos.







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