Texto. María José Mercader
Fotos. Pedro Ignacio Fernandez
Fotos. Pedro Ignacio Fernandez
En esta nueva entrada la poetisa cartagenera María Jose Mercader, nos habla de lo que es y ha sido siempre para ella la Semana Santa cartagenera, y así nos lo cuenta:
Decir
Semana Santa en Cartagena, es decir mucho más: que cientos de judíos, granaderos, nazarenos y
capirotes desfilando en una serie de procesiones magníficamente regladas y
ordenadas, debido probablemente a la estirpe castrense de la
ciudad; y sumamente bellas por la luz, el colorido, el olor a incienso
y a primavera del adornado floral, la música, la alegría de los
cartageneros disfrutando de su semana grande o la exhibición de las
magníficas tallas de Capuz, Benlliure y Coullaut-Valera entre otros.
Decir Semana Santa es decir momento de
reencuentro entre amigos y familiares que residen fuera, es evadirte en compañía de los tuyos en una
terraza al sol, contagiándote de inmediato de esa esencia tan
Cartagenera, de ese olor a mar que te impregna cuando te asomas a la bocana de
su puerto.
Decir
Semana Santa es decir que la primavera ha inundado la ciudad de guiris, de
niños divirtiéndose, de jóvenes y
abuelos paseando por los “Héroes de
Cavite”, y cómo no, momento también de color en los diversos escaparates de las
tiendas de moda de la calle Mayor, Santa Florentina o calle del Carmen.
Decir
Semana Santa es volver a tu infancia, a tus orígenes, recordar a los que ya no
están, y emocionarte al ver pasar el trono que ellos portaron o la imagen a la que acompañaron.
Decir
Semana Santa es escuchar más de una saeta y erizársete hasta las
pestañas; es cantar después del final de cada procesión nuestra “Salve
Cartagenera” mientras los portapasos
bailan dulcemente a nuestra Virgencica, y es también vitorear, si el nudo en la
garganta nos lo permite, el eufórico
“Viva la Virgen ”
o “Guapa, Guapa, Guapa”, aplaudiendo
fervorosamente al piquete que suda la
gota gorda, mientras la ciudad de Cartagena se emociona impetuosamente.
Decir
Semana Santa, es también hablar “del día de después”, donde nos comeremos “la mona” en el campo, en
la playa o en nuestra misma casa; eso sí, quizás ya con algo de nostalgia, pero
con las ilusiones puestas en el próximo año. Decir
Semana Santa es decir mucho de esta
pequeña pero gran Ciudad, que vive su Semana Santa año tras año, con la misma o
más pasión.
Puedes ver estas fotos y otras más en el vídeo que he realizado para mi canal de Youtube
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