Fotos. Pedro Ignacio Fernandez
Subiendo por la Gran Vía de San Francisco y girando por Isabel Tintero, nos encaminamos a la Iglesia de la Paloma. Nombre popular, aunque el real es el de Iglesia de la Parroquia de San Pedro el Real. Construido a fines del XIX, en estilo neomudéjar y de ladrillo y portada con dos torres, está en la calle de la Paloma. El nombre viene del cuadro encontrado en un corral y guardado por Isabel Tintero, que enmarcado lo puso en la puerta de su casa y empezó a ser venerado por los lugareños. El culto fue creciendo, hasta convertirse en una de las Vírgenes más queridas por los madrileños. Es la Virgen de los bomberos y cada 15 de agosto, la imagen es bajada del retablo en donde se encuentra y sacada en procesión.
Se inicia nuestro paseo en la Puerta de Toledo. Sita en la Glorieta de igual nombre, data del primer tercio del siglo XIX, erigida en honor de uno de los reyes de España de más infausto recuerdo, Fernando VII, y realizado por Antonio López Aguado. Hecha en granito y piedra de Colmenar, está compuesta de dos arcos laterales cuadrados y el central de medio punto.
Subiendo por la Gran Vía de San Francisco y girando por Isabel Tintero, nos encaminamos a la Iglesia de la Paloma. Nombre popular, aunque el real es el de Iglesia de la Parroquia de San Pedro el Real. Construido a fines del XIX, en estilo neomudéjar y de ladrillo y portada con dos torres, está en la calle de la Paloma. El nombre viene del cuadro encontrado en un corral y guardado por Isabel Tintero, que enmarcado lo puso en la puerta de su casa y empezó a ser venerado por los lugareños. El culto fue creciendo, hasta convertirse en una de las Vírgenes más queridas por los madrileños. Es la Virgen de los bomberos y cada 15 de agosto, la imagen es bajada del retablo en donde se encuentra y sacada en procesión.
Águila, Calatrava son otras calles que se recorren hasta llegar a la Real Basílica de San Francisco el Grande. De estilo neoclásico, y finalizada su construcción a fines del siglo XVIII, bajo la dirección de Francisco Sabatini. Destaca su cúpula, de 33 metros de diámetro, la más grande de España, y la cuarta de Europa. En su interior se encuentra una gran colección de cuadros de pintores españoles, como Goya, Zurbarán, Vicente Carducci o Alonso Cano.
Y por la Carrera de San Francisco se llega a la Plaza de Puerta de Moros y Plaza de los Carros pudiendo contemplar la Iglesia de San Andrés Apostol. De fecha incierta su construcción, se cree por documentos que ya existía en el siglo XII. En el siglo XVI se le adosó la Capilla del Obispo que pasado el tiempo se convirtio en un templo independiente. Saqueada y casi destruida durante la Guerra Civil, el aspecto actual poco tiene que ver con los planos originales.
Estamos en plena "Morería", arrabal situado fuera de la muralla de Madrid y donde vivía la comunidad musulmana. Bajando por la Costanilla de San Andrés que rodea el templo por su lado izquierdo accedemos a la Plaza de la Paja (Plaza de las Tabernillas o Plaza del Marqués de Comillas, fueron también otros nombres dados al lugar) y mediante un acceso por escaleras podemos acceder a la Capilla del Obispo. En la Plaza de la Paja se situaba el gran mercado de Madrid en los siglos XIII y XIV, y debe su nombre a la paja vendida y entregada como diezmo al Cabildo de la Capilla del Obispo.
Por la calle del Príncipe de Anglona se llega a la iglesia de San Pedro el Viejo, una de las iglesias más antiguas de Madrid. Construido en el siglo XIV, con su elemento principal, la torre mudéjar. El templo ha sido reformado en diferentes ocasiones. En la iglesia se conserva la talla de Jesús el Pobre, sacada en procesión el jueves Santo.
Calle del Nuncio, Travesía del Almendro, Puerta Cerrada, Segovia o Latoneros son calles que pateamos para llegar a nuestro destino final, la Plaza Mayor, no sin antes, recorrer un trozo de la calle Toledo, nombre cuyo origen es tomado por ser uno de los caminos por los que se abastecía a Madrid, conectando la Plaza Mayor con el Puente de Toledo. La calle se abre desde la Plaza Mayor a través del arco de Cofreros y a pocos pasos (siempre siguiendo la unidad de distancia madrileña) nos encontramos con la Real Colegiata de San Isidro, de estilo barroco y planta de cruz latina. La calle continua hasta la Puerta de Toledo y bordeada ésta finaliza tras una agradable bajada en el Puente de igual nombre que enlaza la Glorieta de Pirámides con la del Marqués de Vadillo.
El paseo llega a su punto final, la Plaza Mayor. Plaza porticada, de planta rectangular, con la estatua de Felipe III en el centro de la plaza. Diez accesos tiene la Plaza, siendo el más destacado el del Arco de Cuchilleros. La Casa de la Panadería o la Casa de la Carnicería son dos de los edificios que destacan por la belleza de sus fachadas. Mercado, autos de fe, representaciones teatrales son usos que se le ha dado en sus mas de 400 años de Historia, y sin faltar desde 1860, el tradicional mercado navideño.
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