Fotos. Pedro Ignacio Fernández
En pleno barrio de la Latina nos encontramos con la Plaza de Cascorro. Su nombre es debido a una pequeña población cubana que sufrió un cerco durante la guerra hispano-estadounidense de 1898. Al inicio del siglo XX se renombró a la plaza con el nombre de Nicolás Salmerón, Presidente de la primera República; y en la década de los '40 cambió por el oficial de "Plaza de Cascorro".
La estatua que hay en el centro de la plaza corresponde a Eloy Gonzalo, héroe de la Guerra de Cuba y cuya hazaña se debe a que en el cerco a la población de Cascorro, presentándose voluntario, consiguió prender fuego al lugar donde estaban parapetados los sitiadores, de ahí que en la escultura lleve un bidón de gasolina. La estatua fue inaugurada en 1901 por el rey Alfonso XIII.
La plaza es punto de encuentro, de inicio o de fin, recorriendo el Rastro las mañanas del domingo en busca del LP descatalogado, del libro de decimoquinta mano, del tornillo perdido o de cualquier otra cosa inimaginable y después, para reponer fuerzas, una ración de caracoles y una caña bien tirada en "Casa Amadeo", o un cocido de los de toda la vida en "Malacatín".
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