Miradas en el Jardín de la Isla

 Fotos. Pedro Ignacio Fernández
Puedes saberlo o no, pero cuando caminas por el Jardín de la Isla, junto al Palacio Real de Aranjuez, eres observado por un número incontable de ojos, ojos fijos, ojos que parecen que no tienen vida pero que te escudriñan, que te diseccionan. Esos ojos que te perforan hasta conocer lo más íntimo de ti.
Son ojos de figuras inertes, que llegada la noche adquieren vida, y su quietud se transforma en un plató de un Sálvame palaciego cualquiera. No lo olvides, eres observado, y el Gran Hermano te controla.












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