Ucrania libre y soberana. Stalin no ha muerto. Вільна і суверенна Україна. Сталін не вмер

Fotos. Pedro Ignacio Fernández
Poesía. María José Mercader

En pleno siglo XXI la sinrazón de las guerras vuelve a nuestras vidas. La Rusia putinesca invade a una nación libre y soberana, dueña de su destino, aludiendo a ¿¿ razones humanitarias ??.  Crear un gobierno títere de Moscú, como los creados al acabar la segunda guerra mundial con la actitud pusilánime del resto de vencedores, y a la vez, un Estado tapón frente a la OTAN son las verdaderas razones de está invasión convertida en guerra. El terror estalinista vuelve de nuevo, como el grito de ¡¡ Rusia es culpable ¡¡.
Alambradas que separan vidas, que rompen la convivencia, alteran la vida cotidiana. Hombres y mujeres obligados a ir a una guerra que no quieren. Este poema habla de ello. 

Yo no quiero ser soldado
quiero estar allí a tu lado.
Yo no quiero una medalla
en esta guerra que me aterra,
en esta lucha despiadada
que aniquila tu mirada.
 
Yo no quiero ser la dueña
de esta ira  introvertida
en esta guerra que consume
que exhausta y que confunde,
yo no quiero sorprender  en nada.

Golondrinas en trincheras
con una canción de Bécquer
que me ensueña y me adormece.
Tengo un sueño muy soñado
que esta guerra se ha acabado
hay consenso y mucho tiento
y me vuelvo para casa.
 
Una tregua inesperada
un disparo que amenaza
y con el alma ensangrentada,
¡Ay amor!, no vuelvo a casa.




Comentarios

Unknown ha dicho que…
Con el corazón encogido por la tragedia que tenemos aquí al lado. Mi solidaridad con el pueblo de Ucrania y también con el pueblo ruso que están padeciendo la locura de su dirigente desde hace muchos años ya. Todo mi apoyo a la gente de buen corazón que está sufriendo.
Anónimo ha dicho que…
Por más que lo leo, lo del estado tapón no lo entiendo… muy bella la poesía. Se me rompe el alma cuando veo a niños en la televisión que podrían ser mis nietos envueltos en esta guerra de Putín. La empleada de hogar que tenemos en casa la semana pasada tuvo que ir a Polonia para traerse a sus nietos a España y dejar a su hija en Ucrania porque no quiere dejar solo a su marido, y dejar también a su hijo porque no pude salir del país por si lo movilizan. Todo un drama familiar. Parece mentira que estas cosas puedan ocurrir en Europa en pleno siglo XXI. Mi impresión es que más temprano que tarde los Europeos tendremos que cojer el toro por los cuernos y ver como defendernos del tirano y todos los mafiosos que lo sostienen, si no queremos terminar como los Ucranianos.

Andres