Alcázar de Toledo.

Fotos. Pedro Ignacio Fernández
El Alcázar de Toledo ha sufrido diversas modificaciones desde que en el siglo VIII se construyera inicialmente. Alfonso VI, Alfonso X o Sancho IV son reyes que participan de su construcción. Con Enrique III de Trastámara ya es residencia real y es en la época de los Reyes Católicos cuando encontramos las cuatro torres. Es Carlos I es el que ordena la construcción actual tomando como modelo los palacios renacentistas de la época, desarrollando las obras en la segunda mitad del XVI. Trasladada la capital imperial a Madrid, el palacio pierde la función para la que había sido ideado. Cárcel, cuartel de tropas invasoras, fueron funciones a las que se le destinó desde entonces; declarado colegio de Infantería en el reinado de Isabel II el edificio se reconstruye para tal fin. Durante la guerra civil, el edificio es arrasado prácticamente en su totalidad y restaurado en la década de los 40 y 50; y actualmente es sede de la Biblioteca de Castilla La Mancha y del Museo del Ejército.
Se podría seguir hablando de sus medidas, estilos arquitectónicos y demás cuestiones pero me voy a centrar en el patio. Se comenzó a construir en 1550, tiene dos pisos, los arcos son de medio punto y las columnas tienen capiteles corintios. Una estatua de Carlos I preside el patio desde el centro, obra de Pompeo Leoni, cuyo original se encuentra en el Museo del Prado. Esta copia posee la originalidad que a consecuencia del asedio, tiene un balazo en la zona abdominal.











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